¿Cómo puedo empezar a invertir en NFTs?

En este artículo vamos a hablar de un activo digital que está dando mucho de qué hablar: el NFT. Se trata de certificados digitales, respaldados por la misma tecnología que las criptomonedas (blockchain).

Desde que existe Internet, siempre hubo activos digitales, como podrían ser los nombres de dominio. Este tipo de activos son únicos, a veces raros y escasos. Por eso, tienen valor. ¿Y si existiera un certificado de propiedad o autenticidad de estos activos? ¿Y si dicho certificado pudiera negociarse? Gracias a los NFTs, todo esto es posible.

NFT son las siglas de Non Fungible Tokens (token no fungible o TNF en castellano). Son certificados de propiedad virtuales que están revolucionando el mundo del arte y los derechos de autor.

El pasado 11 de marzo, el artista digital Beeple (un conocido diseñador gráfico) logró vender en subasta una obra de arte por unos 58 millones de dólares. Sin embargo, esta obra es digital, no se entregó en formato físico: lo que se entregó fue un certificado digital que otorgaba la propiedad de la misma. Es decir, un Non Fungible Token.

A través de estos tokens, certificados o simplemente “fichas” no fungibles, la autenticidad o los derechos de propiedad de cualquier activo digital pueden almacenarse en un libro de contabilidad digital, y la información no puede ser falsificada.

Se llaman tokens no fungibles porque representan derechos sobre activos que tienen esta característica. Un activo fungible es aquel que puede intercambiarse por otro de igual valor, dado que se deterioran, se gastan o se consumen. Un ejemplo claro es el dinero o las obras de arte.

Cuando nos deben 10€, no tienen que devolvernos el mismo billete de 10€ que prestamos, basta con que nos den otro billete de igual valor, por ejemplo, dos billetes de 5€ o 10 monedas de 1€.

Sin embargo, hay activos que no pueden ser reemplazados por otros: tienen propiedades únicas y originales. El mejor ejemplo lo encontramos en el arte, pero existen otros segmentos en los que los NFT también son válidos, y los vamos a ver a continuación.

Así que, si bien las criptomonedas son tokens fungibles, los NFT son tokens (algo así como un “vale” digital) que tienen propiedades únicas. Estos tokens representan derechos sobre el activo y se pueden comercializar. Sería como tener una criptomoneda con características propias y diferentes. Por lo tanto, su valor también será único.

Entre otras ventajas, estas son las principales:

Ventajas principales

• Estandarización: Los activos digitales no tenían una representación hasta la aparición de los non fungible tokens. Por ejemplo, un material coleccionable no estaba representado de la misma forma que la compra de un dominio. Al ser representados en tokens no fungibles, es posible crear una serie de estándares, como la propiedad, la transferencia y el control de acceso.
• Comerciabilidad: Al estandarizarse, los Non Fungible Tokens pueden transferirse fácilmente. Un nuevo proyecto NFT puede ser libremente intercambiado en el mercado. Los usuarios pueden crear capacidades de comercialización más sofisticadas, como la subasta, la licitación, la agrupación y la capacidad de venderlos en cualquier moneda. Sin mencionar la presencia de traders que generan un mercado más amplio.
• Garantía de escasez: Gracias a los contratos inteligentes, los desarrolladores de proyectos NFT pueden crear un número limitado de alguna creación en particular. También pueden exigir que estas particularidades permanezcan inmutables en el tiempo. Los tokens no fungibles demuestran la escasez de una pieza original (algo muy valorado en el mundo del arte).
• Programabilidad: Los NFT son 100% programables. Muchos de ellos tienen una mecánica compleja, ya que su diseño permite múltiples posibilidades.

 

Un archivo GIF, un post en redes sociales, una imagen digital, un ebook, arte digital, etc. Todos estos elementos están al alcance de cualquiera a un clic de distancia. Sin embargo, la titularidad de estas creaciones pertenece a alguien y el certificado que demuestra la titularidad y/o su originalidad puede ser digital; en otras palabras, un NFT. Si alguien compra este certificado digital, pasará a tener la titularidad de dicha creación.

Los NFT han generado una verdadera revolución en el mundo digital. Artistas, grandes marcas, celebridades, actores, influencers y cualquiera que tenga algún tipo de derecho digital, puede explotarlo a través de estos certificados de propiedad digitales.

Estos son algunos de los segmentos en los que pueden ser utilizados:

Entre otros: como nombres de dominio o cualquier otro derecho específico a los propietarios.

Es importante destacar que los NFT no están peleados con el mundo físico. Pueden ser un complemento digital a cualquier activo existente en el mundo real.

Del mismo modo, los NFT no tienen por qué implicar una cesión de los derechos de autor. Basta con que se trate de un certificado de originalidad de la obra (sería como comprar un dibujo firmado por Dalí).

Los NFT utilizan la misma tecnología que las criptomonedas, es decir, la blockchain. Sus transacciones se realizan a través de un libro de contabilidad digital en una red descentralizada y se almacenan en un wallet.

De esta manera, un NFT se encuentra registrado en un libro de contabilidad digital. Sin embargo, se diferencian de las criptomonedas porque cada uno de estos tokens no fungibles está compuesto por una serie de metadatos que le confieren propiedades únicas. En otras palabras: son individuales y diferentes entre sí. Los metadatos pueden ser características, como el tamaño, nombre del creador, etc.

Al igual que sucede con las criptomonedas, los Non Fungible Tokens no se pueden falsificar. El registro se encuentra en un libro compartido, cuyo mantenimiento se lleva a cabo por miles de usuarios repartidos por todo el planeta. Los metadatos de un NFT garantizan la autenticidad de la obra.

El funcionamiento de los tokens no fungibles puede variar en función de la plataforma de cadena de bloques que los soporte. En un principio, fue la red Ethereum la que ejecutaba las transacciones de estos activos no fungibles.

Una de las principales características de Ethereum es que permite la creación de contratos inteligentes (en los que se basan los estándares para “tokenizar” o crear un token no fungible).

A decir verdad, los NFT están preparados para funcionar en cualquier cadena de bloques y no sólo en Ethereum. Aunque la mayoría de los proyectos se llevan a cabo en esta plataforma, no es la única. En síntesis, gracias a la cadena de bloques, cualquier activo digital puede convertirse en un NFT. A este proceso se le llama “acuñar” o “tokenizar”.

Debido a la característica de comerciabilidad de los Non Fungible Tokens, se ha creado todo un mercado que llama la atención de muchos inversores. Aunque en realidad, el mercado de NFT todavía es muy pequeño en comparación con el de criptomonedas. Por ello, todavía no se puede medir con exactitud. Sin embargo, un indicador adelantado, como sería el interés de los desarrolladores: la cantidad de contratos ERC721 (el primer estándar para representar los activos digitales no fungibles) crece a ritmo exponencial.

Podemos decir que la crisis de la Covid–19 aceleró la transición hacia un mundo digital y esto se refleja en estas nuevas tendencias. Las ventas digitales están en aumento, mientras que los comercios físicos se encuentran en la otra cara de la moneda. Cada vez más, la sociedad avanza hacia una era en la que las transacciones digitales serán la vía principal del comercio. Con la aparición de los non fungibles se alimenta ese futuro.

Los NFT son considerados como depósitos de valor y existen plataformas de intercambio para ellos. Por ejemplo, Opensea: el mercado de cryptobienes más grande que existe. Todo un marketplace en el que se incluyen coleccionables, artículos de juegos y otra serie de artículos virtuales. La plataforma funciona como una casa de compraventa, tipo eBay. Los artículos se compran a través de contratos inteligentes.

Básicamente, existen tres formas de conseguir beneficios con los NFT. Pueden suponer una fuente de ingresos estable y suficiente para convertirla en una actividad a tiempo completo.

Al tratarse de objetos no fungibles, no existe un mercado organizado para invertir en NFT. Sucede algo parecido a lo que ocurre cuando se invierte en inmuebles o piezas de arte.

No cabe duda de que el mercado del arte puede ser una buena fuente de ingresos para todo aquel que sepa cómo moverse en él, sin embargo, no goza de la transparencia de un mercado organizado.

Los traders o inversores en estos proyectos siguen las reglas generales de todo comercio: comprar barato y vender caro. Pero ¿cómo se puede determinar si un proyecto NFT tiene un potencial de crecimiento?

En este sentido, el funcionamiento del mercado de los NFT podría compararse al del mercado de las criptomonedas o del arte: Es difícil extraer el valor de los activos. Sin embargo, podría considerarse que incluso la inversión en NFT es más arriesgada que las criptomonedas.

En realidad, este mercado es muy reciente para determinar si es posible realizar inversiones rápidas (trading a corto plazo). No obstante, si nos guiamos por el mercado del arte tradicional, las inversiones necesitan tiempo para madurar. Es raro ver cómo una obra de arte se revaloriza en pocos años.

Aunque, viendo la evolución del mercado, puede que la expectación inicial incite a que se cree una sobredemanda y los activos crezcan con rapidez, posiblemente las aguas volverán a su cauce (el mercado recupera siempre la cordura a largo plazo).

Así que, si tratamos la inversión en NFTs como si fuesen inversiones en arte, puede que la inflación también juegue su papel y tenga impacto en la rentabilidad de la inversión. Sería un factor a tener en cuenta.

Por otro lado, al igual que se analiza una empresa para determinar el precio de sus acciones, también es posible analizar el equipo de desarrolladores, la industria en la cual se mueve el NFT, la comunidad que genera, la marca personal del artista y otra serie de datos fundamentales.

Es necesario tener un conocimiento profundo de este mercado, al igual que sucede con el mercado inmobiliario o el de las obras de arte.

Al examinar la capitalización de mercado de los diferentes NFT, podría pensarse que aquellos que están entre los primeros son los que en realidad tienen un proyecto sólido.

Al igual que se analiza cada activo en sí mismo (puesto que es único), también es necesario conocer a los seguidores que tiene detrás.

Cada NFT genera seguidores y expectativa; son ellos los que le dan impulso al proyecto. Hay que preguntarse si este número de seguidores es lo suficientemente amplio y su perfil lo suficientemente sólido para que genere beneficios. Una comunidad en continuo crecimiento es un buen indicador de un proyecto con buenas perspectivas de crecimiento.

Otro aspecto importante a tener en cuenta para invertir en NFT: ¿es lo suficientemente líquido para permitirnos deshacer nuestra inversión llegado el momento?

Existen páginas y fuentes informativas sobre este sector. En ellas, un ojo entrenado puede llegar a saber apreciar cuáles son los proyectos en los cuales vale la pena invertir.

Nonfungible es la base de datos más grande que existe; en ella se pueden observar los históricos de operaciones de compraventa.

Es preciso tomarse todo el tiempo que sea necesario para conocer el mercado y los diferentes activos no fungibles que se negocian en él. Conocer las tendencias y los datos relativos a las ventas.

Pensemos en que, generalmente, el mercado del arte está reservado para aquellos profesionales que lo conocen en profundidad (como anticuarios, galerías de arte, marchantes, casas de subastas, coleccionistas experimentados que se han formado en este campo, etc.). Se necesita ser un verdadero experto para negociar con arte y esto es perfectamente aplicable a la inversión en NFT.

Si tuviéramos que invertir en acciones de Microsoft, podríamos comprar todas las que podamos permitirnos, ya que no es preciso valorarlas una a una. Sin embargo, no existen dos NFT iguales; debe realizarse una valoración precisa de cada uno de ellos.

Es posible que, como sucede con todo tipo de activos, surjan instrumentos derivados sobre los NFT. Nos referimos a los CFDs e incluso futuros financieros sobre NFT.

En principio, poder negociar con NFT a través de nuevos instrumentos puede suponer una ventaja. Esto se debe a que el trader accederá a un mercado en el cual no compra físicamente los tokens no fungibles, sino que realizará una maniobra especulativa sobre las fluctuaciones en su precio.

Los derivados financieros proporcionan una mayor liquidez y facilidad para negociar. Pueden aprovecharse los movimientos de precio al alza y a la baja, gracias a la facilidad para adoptar posiciones cortas que ofrecen estos productos. Además, son instrumentos apalancados (si se sabe manejar bien el riesgo que conlleva, el apalancamiento puede ser útil).

Mientras tanto, el único mercado que existe es el de contado: la compraventa física de NFT. Sin la intermediación de un bróker.

Es conveniente seguir los precios que dicta este mercado, ya que determina mejor los precios de los activos, según las ventas realizadas. De esta forma, a la hora de comprar un NFT y observar su precio de venta, estaremos en condiciones de saber si está en línea con el precio de mercado, si ha subido o ha bajado.

Además de las plataformas de compraventa de NFT, pueden existir grupos, comunidades o foros en los cuales pueden venderse más económicos, en lotes más grandes, etc. Todo es cuestión de tener contactos y negociar. Esta forma de compraventa es posible con algunos de los principales proyectos NFT.

En resumen, el mercado puede resultar complejo. En todo caso, no es imposible invertir en NFT si se conocen las claves para negociar con estos nuevos activos digitales.