A falta de apenas mes y medio para que de inicio el juicio que dictaminará sentencia por la lucha entre Argentina y los fondos buitre, parecen que cada vez son más los motivos que pueden llevar a los argentinos a creer en una resolución favorable.
Las causas para el optimismo no son infundadas, desde
diversas instituciones de reconocido prestigio internacional y con poder suficiente para influir sobre las principales decisiones económicas mundiales, ya se ha advertido de que las
actuaciones de los fondos buitre no pueden seguir tolerándose y que no se considera lícito que una empresa pueda apostar por que otra compañía o un país (caso de Argentina) se declare en default para sacar una buena tajada.
Además países como
Estados Unidos, lugar donde se juzga la causa, también ha advertido sobre el peligro que conllevaría obligar a un país como Argentina a saldar su deuda con los fondos buitre (principalmente
Dart y NML Capital) puesto que ello desembocaría en una situación de
default que podría acabar contagiando a la salud económica mundial.
Desde el
Fondo Monetario Internacional (FMI) la situación se ve desde el mismo punto de vista.
Anne Krueger, en representación del FMI, envió el pasado viernes una presentación a favor de Argentina a la Cámara de Apelaciones de Nueva York, y remarcó que si los acreedores esperan recuperar la inversión sin acogerse a la reestructuración de deuda, verán aumentadas las posibilidades de que el
proceso fracase.
En situaciones como la que vive actualmente Argentina o Grecia hace poco, la insolvencia del país o sus altos niveles de endeudamiento le impiden pagar todas las obligaciones y para solventarlo se ofrecen
reestructuraciones de deuda.
Reestructuración de la deuda: ¿Una solución?
Cuando un país ofrece reestructurar la deuda a sus acreedores, en pocas palabras les está diciendo que al capital que deberían recuperar por su inversión se le aplicará un descuento y lo intereses que generaría la operación en condiciones favorables, tampoco serán cobrados o de hacerlo, será con otra reducción. Es decir, estarían aceptando las condiciones del Estado deudor.
En Argentina las reestructuracions realizadas en años anteriores consiguieron que
parte de los deudores aceptaran el canje, pero los principales acreedores continuaron su lucha particular para recuperar sus inversiones en deuda, y parece que esperaran el
tiempo necesario hasta recuperar su dinero.
Para el juez
Thomas Griesa Argentina podría hacer frente al pago mediante las
presiones fiscales ortodoxas y los ajustes necesarios. Krueger señaló también que los altos niveles de endeudamiento que mantienen los países desarrollados empiezan a socavar la economía de los mismos.
En Europa, Japón o Estados Unidos los niveles de deuda superan ya el
80% sobre el Producto Interior Bruto y los obstáculos a las reestructuraciones de los pasivos soberanos podría crear una
crisis política, financiera e incluso militar, en opinión de Krueger.
Más refuerzo
Además de la veterana opinión de Anne Krueger, entidades como la
American Bankers Association, asociación de entidades financieras con activos por más de dos billones de dólares, también expresó una valoración favorable a Argentina por considerar que de salir adelante la postura de los buitre se verían perjudicados los intereses de sus asociados.
Algunos sistemas de clearing recocidos como
Euroclear o Clearing House Association son de la misma opinión.
Por su parte, los fondos buitre se apoyan entre algunas de las
posiciones más radicales del partido Republicano de EEUU.