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Ventajas y desventajas de los Fideicomisos

Los fideicomisos son una herramienta de utilidad a la hora de la gestión de patrimonios y el financiamiento de proyectos. Hoy por hoy, son vistos como una alternativa efectiva para el crecimiento económico, individual o empresarial a largo plazo. Sin embargo, no todo es color de rosas, por lo que es conveniente repasar cuáles son sus ventajas y desventajas al pie de la letra.

Pero antes de ello, repasaremos brevemente de qué se trata un fideicomiso, cómo funciona y quienes lo confirman, así como otros aspectos de interés que debes conocer.

¿Qué es y para qué sirve un fideicomiso?

Un fideicomiso es un contrato legal en el cual una persona, llamada fiduciante, transfiere la propiedad de ciertos activos o bienes a otra persona o entidad, conocida como fiduciario, con el propósito de administrarlos o gestionarlos en beneficio de otra persona o grupo de personas, denominados beneficiarios.

En un fideicomiso, el fiduciario se convierte en el titular legal de los activos, pero su función principal es actuar de acuerdo con las instrucciones establecidas por el fiduciante y en beneficio de los beneficiarios. 

Los fideicomisos se utilizan por diversas razones, como proteger y preservar el patrimonio familiar, administrar bienes raíces, planificar la sucesión, gestionar inversiones, donaciones caritativas, entre otros. También pueden ser utilizados para fines comerciales, como la creación de fondos de inversión o planes de pensiones.

Aparte de ello, se les considera como instrumentos legales complejos y requieren asesoramiento profesional para su establecimiento y gestión adecuada. Además, su estructura y funcionamiento están sujetos a las leyes y regulaciones de cada jurisdicción, por lo que es importante cumplir con los requisitos legales y fiscales aplicables.

¿Cuáles son las partes de un fideicomiso?

Como es lógico, el fideicomiso se conforma de varias partes o protagonistas que cumplen un rol específico en el desenvolvimiento del mismo. Al inicio del texto, ya se mencionaron algunos de ellos, pero, a continuación, los profundizaremos: 

  • Fiduciante: es el dueño original de los activos y los transfiere al fideicomiso para que sean administrados por el fiduciario en beneficio de los beneficiarios.

  • Fiduciario: es la entidad independiente que se encarga de administrar y gestionar los activos del fideicomiso en beneficio de los beneficiarios. El fiduciario tiene la responsabilidad legal de tomar decisiones en relación con los activos del fideicomiso y de asegurarse de que se cumplan los términos y condiciones del contrato de fideicomiso.

  • Beneficiarios: son las personas o entidades que invierten su dinero en el fideicomiso y reciben los beneficios generados por sus activos. Los beneficiarios pueden recibir una tasa de interés fija o variable, y en algunos casos, una participación en las ganancias generadas por los activos del fideicomiso.

¿Cómo se crea un fideicomiso?

Ahora que sabes qué es un fideicomiso y quienes son sus protagonistas, es momento de repasar cómo se originan. En ese sentido, la creación de un fideicomiso implica seguir un proceso legal que puede variar según la jurisdicción, pero generalmente sigue los siguientes pasos:

  • Definir los términos y objetivos del fideicomiso: el fiduciante debe determinar los activos o bienes que serán transferidos al fideicomiso, así como los beneficiarios y las instrucciones específicas sobre cómo se administrarán y distribuirán.

  • Elegir al fiduciario: se seleccionará a una persona o entidad confiable para actuar como fiduciario. Debe ser competente, imparcial y capaz de administrar los activos del fideicomiso de acuerdo con los términos establecidos.

  • Redactar el contrato de fideicomiso: se redacta un contrato que establezca los términos y condiciones, incluyendo la identidad de las partes involucradas, los activos transferidos, los poderes y deberes del fiduciario, las disposiciones para la distribución de los activos, entre otros aspectos relevantes. 

  • Transferir los activos al fideicomiso: el fiduciante debe transferir legalmente la propiedad de los activos o bienes al fideicomiso. Esto puede implicar la firma de documentos de transferencia, como escrituras, contratos de compraventa, entre otros, dependiendo de la naturaleza de los activos.

  • Registro y cumplimiento de requisitos legales: en algunos casos, es necesario registrar el fideicomiso ante las autoridades correspondientes y cumplir con los requisitos legales y fiscales aplicables. En este caso, podríamos estar hablando del pago de impuestos, presentación de documentos y notificaciones a las entidades competentes.

¿Qué contiene el contrato del fideicomiso?

El contrato de fideicomiso debe contener: 

  • La individualización de los bienes objeto del contrato; si la individualización a la fecha de la celebración del fideicomiso no se puede realizar, debe constar la descripción de los requisitos y características que deben reunir los bienes. 

  • La determinación del modo en que otros bienes pueden ser incorporados al fideicomiso. 

  • El plazo o condición a que se sujeta la propiedad fiduciaria. 

  • La identificación del beneficiario, o la manera de establecerlo de acuerdo al artículo 1671. 

  • El destino de los bienes a la finalización del fideicomiso (indicando el fideicomisario a quien deben transmitirse o la forma de determinarlo conforme con el artículo 1672). 

  • Los derechos y obligaciones del fiduciario y el modo de sustituirlo, si cesa. 

Ahora bien, si se trata de un fideicomiso financiero, este contrato deberá incluir los mismos requisitos enunciados, y adicionalmente contener los términos y condiciones de emisión de los títulos valores, reglas para la adopción de decisiones por parte de los beneficiarios que incluyan las previsiones para el caso de insuficiencia o insolvencia del patrimonio fideicomitido, y la denominación o identificación particular del fideicomiso financiero.

¿Cómo se determina su duración?

La duración de un fideicomiso financiero se establece en su contrato y dependerá de sus objetivos, así como de los activos que se hayan transferido al mismo.

En general, se toma en cuenta el plazo necesario para que los activos del fideicomiso generen los ingresos necesarios para cumplir con los compromisos de pago de los beneficiarios o para alcanzar las metas financieras estipuladas.

Aunque es una información muy variable, dejamos para ti, según nuestro criterio, algunas formas comunes de pautar cuánto se puede prolongar un fideicomiso:

  • Duración fija: en este caso, se establece una fecha de vencimiento fija para el fideicomiso, después de la cual se distribuyen los activos a los beneficiarios.

  • Duración indeterminada: como lo indica su nombre, no se establece una fecha de vencimiento fija para el fideicomiso y este puede continuar operando hasta que se alcancen los objetivos establecidos en el contrato.

  • Duración basada en eventos: la duración del fideicomiso puede estar relacionada con la ocurrencia de eventos específicos, como el fin de un contrato de arrendamiento o la venta de un activo.

Sin embargo, la longevidad de un contrato por fideicomiso también puede estar sujeta a las regulaciones aplicables en cada país. Por ejemplo, ciertas naciones establecen límites en la duración de los fideicomisos financieros y requieren que se renueven o se cancelen después de equis período de tiempo.

¿A qué nos referimos con extinción del fideicomiso?

La extinción del fideicomiso se refiere al término o finalización del mismo. Ocurre cuando se han cumplido todas las condiciones, propósitos y plazos establecidos en el contrato, y ya no hay necesidad de continuar con la administración de los activos por parte del fiduciario.

Existen diferentes circunstancias en las que puede producirse la extinción de un fideicomiso. Algunas de ellas son:

  • El cumplimiento del plazo o la condición a que se ha sometido, o el vencimiento del plazo máximo legal;

  • La revocación del fiduciante, si se ha reservado explícitamente esa facultad; esta revocación no tiene efecto retroactivo y es ineficaz en los fideicomisos financieros después de iniciada la oferta pública de los certificados de participación o los títulos de deuda;

  • Cualquier otra causal prevista en el contrato.

Por su parte, debes saber que, al producirse la extinción del fideicomiso, el fiduciario está obligado a entregar los bienes fideicomitidos al fideicomisario o a sus sucesores, otorgar los instrumentos y contribuir a las inscripciones registrales que sean del caso.

¿Cuáles son las ventajas y desventajas de los fideicomisos?

Tras explicar lo básico sobre los fideicomisos, es momento de entrar de lleno a sus ventajas y desventajas para la comunidad en general. 

Las 10 mejores ventajas de los fideicomisos

  • Protección de activos: permiten la separación legal de los activos, lo que brinda protección contra demandas, acreedores y situaciones de insolvencia. Los bienes transferidos a un fideicomiso quedan fuera del patrimonio del fideicomitente, lo que ayuda a preservar su valor.

  • Planificación patrimonial: son herramientas eficaces para la planificación y administración del patrimonio. Permiten establecer cláusulas específicas para la distribución de los activos a los beneficiarios, asegurando una transmisión ordenada y conforme a los deseos del fideicomitente.

  • Confidencialidad: la información sobre los activos y beneficiarios puede mantenerse privada, ya que no se requiere su divulgación pública.

  • Continuidad generacional: los fideicomisos pueden ser diseñados para trascender generaciones, preservando la riqueza familiar y su correcta gestión para el beneficio del futuro.

  • Flexibilidad en el diseño: pueden adaptarse a las necesidades y objetivos específicos de los fideicomitentes. Se pueden establecer cláusulas personalizadas para regular la administración de los activos, las condiciones de distribución y otros aspectos relevantes.

  • Reducción de impuestos: en algunos casos, los fideicomisos pueden ayudar a minimizar la carga tributaria. Al transferir activos a un fideicomiso, es posible aprovechar estrategias legales para reducir impuestos sobre sucesiones, donaciones u otros impuestos asociados.

  • Protección de herederos: mediante un fideicomiso, es posible proteger a los beneficiarios de situaciones como divorcios, demandas o malos manejos financieros. Los activos colocados en un fideicomiso son gestionados por el fiduciario, quien puede garantizar que se utilicen adecuadamente en beneficio de los herederos.

  • Eficiencia en la administración: brindan una estructura eficiente para la administración de activos. El fiduciario, como figura profesional y neutral, se encarga de gestionar y proteger los bienes según las instrucciones del fideicomitente, liberando a este último de las tareas administrativas.

  • Separación de propiedad y control: el fideicomitente puede separar la propiedad de los activos del control directo sobre ellos. Esto puede ser beneficioso en situaciones en las que se desea otorgar el control a un fiduciario experimentado, mientras se mantiene la propiedad en manos de la familia o fideicomitente.

  • Cumplimiento de objetivos específicos: son especialmente útiles cuando se tienen objetivos específicos, como el cuidado y sustento de personas con discapacidades, educación de los beneficiarios, obras de caridad u otros propósitos benéficos. 

¿Y cuáles son las desventajas?

  • El fideicomitente, al transmitir la propiedad de sus bienes, puede caer en errores, más allá de existir cláusulas.

  • Pueden existir maniobras del propietario temporal con el fin de apropiarse o de vender los bienes para beneficio propio.

Claramente, los fideicomisos tienen más ventajas que desventajas, pero se debe de saber cómo manejarlos, confiar en la otra parte y así nunca sufrirán de sus inconvenientes.

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