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¿Cuánto dinero cuesta una criptomoneda?

¿Te preguntaste alguna vez quién o qué determina el precio de una criptomoneda? Existen varias cuestiones a tener en cuenta, y te las explicamos en este artículo.
“El precio de esta criptomoneda se ha duplicado en un año”, “bitcoin valdrá el doble en seis meses” o “el precio de ETH se ha desplomado”... Seguro que has escuchado estas frases alguna vez si tenés cierta cercanía con el mundo de las criptomonedas. 

Todas ellas se refieren al precio o valor de mercado de una criptomoneda, en el sentido de cuánto dinero está dispuesto a ofrecer un comprador para adquirirla. 

Obviamente, no todas las criptomonedas valen lo mismo. Y como podrás imaginarte, ese valor está determinado por una variedad de factores que, en mayor o menor medida, determinan su desempeño. Te contamos más al respecto en el siguiente artículo. 

¿Qué determina el precio de una criptomoneda?

El precio de una criptomoneda no se fija de manera arbitraria, sino que está influenciado por una serie de factores que interactúan entre sí en el mercado. Para entenderlo mejor, pensemos en cómo funciona el valor de cualquier otro activo, como las acciones o el oro: es el resultado de la ley de oferta y demanda. Las criptomonedas funcionan de manera similar.

  • Oferta y demanda
El factor más importante es la oferta y la demanda. Cuando más personas quieren comprar una criptomoneda (demanda), pero la cantidad disponible es limitada (oferta), el precio sube. Por el contrario, si hay más personas que quieren vender que comprar, el precio tiende a bajar. 

Un buen ejemplo es el de bitcoin (BTC), que tiene una oferta limitada de 21 millones de monedas. Esta escasez programada hace que, a medida que más personas deseen adquirir bitcoin, su precio tienda a aumentar, especialmente en momentos de alta demanda.

  • Utilidad del proyecto
Otra variable clave es la utilidad que ofrece la criptomoneda. Las criptomonedas que tienen aplicaciones prácticas, como las que permiten crear y ejecutar contratos inteligentes o facilitar transacciones financieras, suelen tener una mayor demanda. 

Por ejemplo, ether (ETH), la criptomoneda nativa de la red Ethereum, ha crecido en valor porque su plataforma es la líder en cuanto a la creación de aplicaciones descentralizadas y contratos inteligentes, lo que le da un uso más allá de ser simplemente una moneda.

  • Noticias y percepción pública
El valor de una criptomoneda también puede fluctuar por el impacto de las noticias y la percepción pública. Eventos como la adopción de criptomonedas por grandes empresas, regulaciones gubernamentales, o incluso declaraciones de figuras influyentes pueden causar cambios rápidos en el precio. 


Dogecoin
Dogecoin


Por ejemplo, cuando Tesla anunció en 2021 que aceptaría bitcoin como medio de pago, el precio de bitcoin subió significativamente. El mismo efecto se ha visto en repetidas ocasiones con Dogecoin (DOGE) cuando Elon Musk, CEO de Tesla y principal referente de la criptomoneda meme, ha hablado de forma positiva sobre su utilidad. 

  • Regulación y adopción institucional
Finalmente, la regulación y la adopción institucional juegan un papel crucial en el precio de las criptomonedas, y podríamos decir que en su mercado en general. Si un gobierno impone regulaciones favorables, como permitir que las instituciones financieras utilicen criptomonedas, es probable que el precio de esas monedas suba, debido a la legitimidad y seguridad que esto brinda. Sin embargo, si hay amenazas de prohibición o regulaciones estrictas, el precio puede caer como consecuencia de una mayor cautela de los inversores.

Un caso especial dentro del mundo de las criptomonedas son las stablecoins. A diferencia de criptomonedas como bitcoin o ether, cuyo precio fluctúa en función de la oferta y la demanda, las stablecoins están diseñadas para mantener un valor estable, generalmente vinculado a un activo externo, como el dólar estadounidense o el euro. 

Ejemplos conocidos de stablecoins son USDT (Tether), USDC y DAI. En estos casos, su precio no se ve afectado por la especulación, la utilidad del proyecto o las noticias de la misma manera que otras criptomonedas, ya que su valor está respaldado por reservas o algoritmos que buscan mantener la paridad con la moneda a la que están vinculadas. También hay otras stablecoins ligadas al valor de otros activos, como el oro.

El propósito de las stablecoins es ofrecer estabilidad en un mercado que, por naturaleza, es altamente volátil. Funcionan como una herramienta para quienes desean beneficiarse de las ventajas de las criptomonedas, como la rapidez y el bajo costo de las transacciones, sin exponerse a las fluctuaciones de precios típicas del mercado cripto. Son de gran utilidad en países como Argentina y Venezuela, dadas las restricciones para sus ciudadanos para el acceso a moneda extranjera para sus transacciones cotidianas o ahorro.

Volatilidad de la criptomoneda Tether
Volatilidad de la criptomoneda Tether


Sin embargo, aunque las stablecoins no dependen tanto de la oferta y la demanda para determinar su valor, su estabilidad está ligada a la confianza que los usuarios tengan en el respaldo de las reservas que garantizan su precio, y cualquier problema con esas reservas podría desestabilizar su cotización. De hecho, esto ha sucedido en momentos como 2022, cuando quebró un banco que custodiaba reservas de USDC y la stablecoin vivió un fuerte sacudón, que finalmente fue capaz de sortear. 

Factores que afectan la oferta y la demanda de criptomonedas

Los factores que afectan la oferta y la demanda de criptomonedas son varios. Hay factores que pueden influir de manera positiva y otros que pueden hacerlo de forma negativa. 

Para empezar, aquellos que impulsan la demanda y limitan la oferta tienden a aumentar el valor de una criptomoneda. Un caso bien claro de ello es la tan anhelada adopción generalizada de la tecnología blockchain y el uso de las criptomonedas en el día a día. 

A medida que más personas, empresas e instituciones financieras aceptan y utilizan criptomonedas, la demanda aumenta, ya que más gente quiere adquirirlas para realizar transacciones o inversiones. Como te podrás imaginar, la adopción institucional, como cuando grandes bancos o empresas tecnológicas comienzan a usar criptomonedas en sus operaciones, genera un impulso fuerte en la demanda. 

Además, el desarrollo de nuevas funciones dentro de una criptomoneda o su red, como la creación de contratos inteligentes en Ethereum, también aumenta el interés de los inversores y usuarios, y eso empuja su demanda.

Otro factor que suele incrementar la demanda es la percepción de bitcoin u otras criptomonedas como reserva de valor en tiempos de incertidumbre económica. Muchos inversores ven las criptomonedas, particularmente bitcoin, como una especie de "oro digital" y recurren a ellas cuando hay desconfianza en los sistemas financieros tradicionales o cuando las economías enfrentan inflación elevada, como pasa en Argentina. De esta manera, la criptomoneda se convierte en un refugio para preservar el valor, lo que aumenta su demanda. Está claro que no siempre es la estrategia ideal, dado que incluso bitcoin, la principal criptomoneda del mercado, ha tenido periodos bajistas con fuertes descensos en su valor de mercado.

En cuanto a la oferta, la escasez programada de algunas criptomonedas tiene un papel fundamental. Bitcoin, por ejemplo, tiene un límite fijo de 21 millones de monedas, lo que significa que su disponibilidad en el mercado está limitada. A medida que se acerca a ese límite, la oferta se reduce, lo que, combinado con una demanda constante o creciente, tiende a elevar el precio.

Asimismo, eventos como el halving en bitcoin, que ocurre aproximadamente cada cuatro años y reduce a la mitad las recompensas por la minería, disminuyen la cantidad de nuevos bitcoins que “se fabrican” y entran en circulación, lo que genera una menor oferta en el mercado y, por lo tanto, un potencial aumento en su precio.

Pueden aumentar el precio
Capaces de afectar el precio a la baja
Adopción de una criptomoneda. 
Promulgación de leyes "anti-cripto"
Desarrollo de nuevas funcionalidades tecnológicas. 
Problemas técnicos o fallas de seguridad.
Percepción como reserva de valor ante inestabilidad de otros activos. 
Competencia entre monedas. 
Escasez programada que limita su oferta.
Eventos que ocasionen ventas masivas de una criptomoneda.


Sin embargo, no todos los factores impactan positivamente. Algunas circunstancias pueden afectar para mal tanto la oferta como la demanda, con una consecuente caída en el precio. 

Uno de los factores más importantes que disminuye la demanda de criptomonedas es la promulgación de leyes “anti-cripto” o que atienten en cierta forma contra el uso de monedas digitales. Cuando los gobiernos anuncian regulaciones, como restricciones al uso de criptomonedas o amenazas de prohibiciones, muchos inversores se retiran por miedo a perder dinero o ante posibles complicaciones legales. Este tipo de anuncios genera dudas sobre la viabilidad de las criptomonedas en ciertos países o regiones, lo que reduce la demanda y, en consecuencia, presiona el precio a la baja.

En cuanto a la oferta, los problemas técnicos o de seguridad en la red de una criptomonedas pueden afectar seriamente su valor. Los hackeos, vulnerabilidades en el código o problemas de escalabilidad que impidan realizar transacciones rápidas pueden afectar la credibilidad de un proyecto y, por ende, reducir la base de usuarios de una criptomoneda. 

Cuando esto sucede, muchos usuarios prefieren vender sus criptomonedas por miedo a que el valor caiga, de modo que aumenta más aún la oferta en el mercado y hace bajar su precio. 

Asimismo, la competencia entre criptomonedas también puede afectar negativamente la demanda. Si una nueva criptomoneda o proyecto blockchain ofrece características mejoradas, como mayor velocidad, seguridad o menores costos de transacción, los inversores pueden migrar hacia esa opción. En tanto, las criptomonedas antiguas verán una reducción en su demanda. 

Cómo influye la tecnología en el precio de las criptomonedas

No estamos descubriendo nada al decir que las criptomonedas son un invento tecnológico; una alternativa moderna al dinero tradicional. Por ende, cualquier cambio relativo a su funcionamiento desde el punto de vista técnico acabará influyendo en su precio. 

A medida que la infraestructura técnica de una criptomoneda avanza, su capacidad para atraer nuevos usuarios e inversores también crece. Eso se puede traducir en una mayor demanda y, por lo tanto, en un aumento de su precio. 

Por ejemplo, en el caso de Ethereum, la introducción de contratos inteligentes y la capacidad de crear aplicaciones descentralizadas se consideran claves en su camino de alcanzar una adopción masiva. Estas innovaciones tecnológicas no solo aumentan su utilidad, sino que hacen que más personas quieran participar en su red, ayudando al incremento del precio de su criptomoneda nativa, ether.

Además, la escalabilidad de una criptomoneda tiene un gran impacto en su valor. Esta es su capacidad para manejar un gran volumen de transacciones sin sacrificar velocidad y seguridad (u otras cualidades centrales, como la descentralización). 

Si una criptomoneda enfrenta problemas técnicos que complican las transacciones —como demoras o costos elevados— las personas podrían perder interés en usarla, y eso reduciría su demanda y afectaría negativamente su precio. Un ejemplo claro de esto es el congestionamiento en la red de Ethereum durante momentos de alta demanda, lo que lleva a que muchos busquen alternativas más rápidas y económicas y afecta (al menos de forma temporal) el precio de ETH.

La seguridad es otro aspecto que no hemos de obviar. Las redes blockchain están diseñadas para ser extremadamente seguras, pero cualquier vulnerabilidad o brecha de seguridad puede tener efectos desastrosos sobre el precio de una criptomoneda. Cuando una criptomoneda sufre un hackeo o se descubre un fallo importante en su tecnología, la confianza en su proyecto se ve gravemente afectada. 

Por ejemplo, los ataques a exchanges descentralizados o a redes de criptomonedas han generado caídas drásticas en los precios de las monedas comprometidas, ya que los usuarios buscan “sacárselas de encima” para minimizar pérdidas. Un caso muy recordado es el de la red Ronin, del videojuego Axie Infinity, que fue hackeada por USD 650 millones en marzo de 2022. El evento, considerado el hackeo más importante en la historia de las criptomonedas (por el monto robado) hizo que el precio de RON cayera desde los USD 3 a menos de USD 0,20 por unidad en pocos meses (imagen a continuación).

Gráfica del precio con el hackeo de Ronin
Gráfica del precio con el hackeo de Ronin


Finalmente, las mejoras tecnológicas continuas, como actualizaciones del protocolo o la introducción de nuevas funciones, suelen ser vistas de manera positiva por el mercado. Cuando se anuncia una actualización importante que promete mejorar la velocidad, la seguridad o la funcionalidad de una criptomoneda, el precio tiende a subir (sobre todo antes del evento, en el pico de expectativas positivas a causa del suceso inminente) en respuesta al entusiasmo y a las expectativas de un mejor rendimiento futuro. 

El ejemplo del halving de bitcoin es una clara demostración de cómo un cambio técnico preprogramado puede afectar la oferta de la moneda y, en consecuencia, su precio, a medida que la comunidad anticipa el evento. Otro caso fue el Merge de Ethereum en 2022, que redujo la emisión de la criptomoneda y posibilitó el paso de la extracción tradicional (Prueba de trabajo o PoW) a un algoritmo llamado Prueba de Participación (PoS) que es más eficiente energéticamente. 
La tecnología y el precio de una criptomoneda
  • Las mejoras tecnológicas y la escalabilidad de una criptomoneda aumentan su demanda y, por ende, su precio.
  • Las vulnerabilidades de seguridad o problemas técnicos pueden dañar la confianza de los inversores y hacer bajar el valor de una criptomoneda.
  • Las actualizaciones del protocolo o eventos como el halving de bitcoin suelen generar expectativas positivas, de modo que impulsan su precio al alza.


¿Por qué los precios de las criptomonedas son tan volátiles?

La volatilidad es una de las características que más se suelen destacar de las criptomonedas. A diferencia de activos más tradicionales como las acciones o los bonos, cuyos precios tienden a fluctuar dentro de márgenes relativamente predecibles, los precios de las criptomonedas pueden subir o bajar de manera considerable en períodos muy cortos de tiempo. Esta volatilidad se debe a una combinación de factores únicos del mercado cripto.

En primer lugar, el tamaño y la profundidad del mercado de las criptomonedas es aún relativamente pequeño en comparación con los mercados financieros tradicionales. Esto significa que cualquier movimiento grande de compra o venta puede tener un impacto grande en el precio. Por ejemplo, si un inversor institucional decide vender una gran cantidad de bitcoins de forma repentina, el mercado podría no tener suficiente liquidez para absorber esa venta sin que el precio caiga con fuerza.

Otro factor importante es la especulación. Las criptomonedas todavía no están completamente establecidas como activos en los que los inversores confíen a largo plazo. Gran parte de la actividad en este mercado está impulsada por especuladores que buscan ganancias rápidas aprovechando los movimientos de precios a corto plazo. 

Esta actitud especulativa hace que las criptomonedas reaccionen de forma aguda ante cualquier noticia o evento que afecte su percepción en el mercado. Un tuit de una figura influyente (Elon Musk es el claro ejemplo), la decisión de un gobierno respecto a la regulación (como la prohibición de China a la minería de Bitcoin en 2021) o la adopción de criptomonedas por una gran empresa (como las compras de MicroStrategy, la empresa del empresario Michael Saylor) pueden hacer que los precios se disparen o se desplomen en cuestión de horas.

Además, tenemos que tener en cuenta que las criptomonedas operan en un entorno donde la normativa varía de un país a otro y no siempre es clara. Los anuncios de regulaciones más estrictas, prohibiciones o investigaciones gubernamentales generan miedo entre los inversores y eso se traduce en forma de caídas bruscas en los precios. Por el contrario, cuando se perciben señales de un mayor apoyo regulatorio, los precios tienden a subir.

Todo lo que dijimos antes tiene relación con una cuestión clave: la emoción y el comportamiento de los inversores. El mercado de criptomonedas es muy sensible al pánico y a la euforia. De hecho, el índice de miedo y codicia (imagen de abajo) refleja justamente ese sentimiento de los inversores en cada momento determinado.
Escala de sensibilidad del mercado de las criptomonedas
Escala de sensibilidad del mercado de las criptomonedas

Cuando el precio de una criptomoneda comienza a subir, muchos se dejan llevar por el "miedo a perderse algo" (conocido como FOMO por sus siglas en inglés), lo que conduce a compras masivas y aumenta aún más el precio. Del mismo modo, cuando el precio empieza a caer, el miedo a perder dinero impulsa a muchos a vender, lo que genera caídas más pronunciadas y un ciclo de retroalimentación negativa.

Finalmente, la novedad y la falta de historia del mercado cripto contribuyen a su volatilidad. Las criptomonedas son un fenómeno reciente y no tienen décadas de datos históricos como otros activos financieros, y eso hace más difícil que los inversores hagan predicciones fundamentadas sobre su comportamiento. Además, los modelos tradicionales de valoración no se aplican de la misma manera en las criptomonedas, y así se abre el espacio para interpretaciones más subjetivas del valor, incertidumbre y volatilidad.

Cómo seguir el precio de las criptomonedas

Si sos inversor en el mercado de las criptomonedas, o incluso si solo te interesa mantenerte informado, uno de los principales datos que querrás tener es el precio de cada una. Existen varias formas de consultarlo, con herramientas que van desde sitios web especializados hasta aplicaciones para celulares.

Una de las vías más comunes es a través de plataformas de monitoreo de precios como CoinMarketCap o CoinGecko, que ofrecen información en tiempo real sobre los precios de miles de criptomonedas. Estas páginas, que también tienen sus propias aplicaciones para celulares, permiten ver la evolución del precio de una criptomoneda a lo largo del tiempo, analizar gráficos detallados y comparar el rendimiento de distintas monedas. Además, proporcionan otros datos importantes, como el volumen de operaciones, la capitalización de mercado y la oferta circulante.

Otra opción popular son las aplicaciones de trading como Binance, Coinbase o Kraken, donde además de comprar y vender criptomonedas, podés también seguir sus precios a cada momento. Estas plataformas te dan la posibilidad de configurar alertas de precios para recibir notificaciones cuando una criptomoneda alcanza un valor específico. De esta manera, podés estar al tanto de los movimientos que te interesen sin necesidad de estar todo el día pendiente. 

Finalmente, algunas personas optan por usar aplicaciones de seguimiento de portafolios como Blockfolio o Delta, que permiten rastrear el valor de tus inversiones en criptomonedas de manera personalizada. Estas aplicaciones se sincronizan con las plataformas de trading que elijas y permiten ver no solo el precio actual de las criptomonedas, sino también el rendimiento de una cartera con el paso del tiempo.

En resumen, el mercado de las criptomonedas es interesante, pero también tiene un dinamismo que puede sobrepasar a quien no esté preparado. La volatilidad puede ser una oportunidad de ganar dinero, pero tenés que ser consciente de los riesgos que conlleva. 

En este sentido, comprender qué factores influyen en los precios de las criptomonedas y saber cómo rastrearlas es esencial para tomar decisiones inteligentes en este entorno tan cambiante. La clave es combinar el análisis técnico con una visión amplia de los factores externos que afectan el mercado. Y cómo debimos siempre: si vas a invertir, hacelo de forma responsable, informada y con capital que no comprometa tu estabilidad financiera en caso de pérdidas inesperadas. 

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